Julia Fontán Vela graduada en biotecnología y epidemiología e Iñaki Galán Labaca médico epidemiólogo, que ejercen en el área factores de riesgo de enfermedades crónicas del instituto de Salud Carlos III, elaboran este articulo donde se pone de manifiesto la estrecha relación entre el consumo de alcohol con la alimentación y por consiguiente sus efectos en la dieta en la salud.
El articulo muestra como tras el consumo de alcohol no se generan las correctas señales de saciedad en el sistema nervioso que modulan la ingesta de alimentos a corto plazo, lo que aumentando la ingesta calórica total. Por el contrario, el consumo excesivo de alcohol mantenido en el tiempo suele acompañarse de pérdida del apetito y malnutrición en el individuo, debido a las alteraciones fisiológicas que produce el alcoholismo.
Por otra parte, el alcohol es una sustancia altamente calórica que aporta en torno a 7 kilocalorías por cada gramo de etanol: una lata de cerveza o una copa de vino, por ejemplo, contienen cerca de 120 calorías. No obstante, se trata de “calorías vacías”, dado que no incluyen un aporte adicional relevante de otros macronutrientes, vitaminas o minerales.
Se señala la falta de evidencia científica en los numerosos estudios en los que se ha analizado el efecto directo del consumo de alcohol en la obesidad, pero queda claro que ese consumo puede derivar en un desequilibrio calórico en el organismo y como consecuencia, los consumidores serían más propensos al aumento de peso corporal.
Noticia publicada en: www.hoy.es/sociedad/salud
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