El consumo de cigarrillos electrónicos, también conocidos como vapers, ha incrementado alarmantemente durante los últimos años, especialmente entre los jóvenes de 14 a 18 años de edad. El Plan de Adicciones de Aragón realizó un estudio mediante el cual reveló que el 56,8% de las mujeres que entran dentro de dicho rango de edad, han probado los vapers; esto representa un aumento del 19% en comparación con el estudio realizado en el año 2019. Existe una creencia generalizada de que los vapers son inofensivos, sin embargo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) emitió una alerta sobre su contenido de nicotina y aceites de tetrahidrocannabinol (THC).
De acuerdo con la reconocida psicóloga especializada en adicciones, María Buil, la proliferación de este dispositivo refleja una sociedad de consumo, en la cual el comercio ha convertido el vapeo como algo atractivo debido a su extensa gama de colores y sabores, aumentando la probabilidad de desarrollar dependencia.
El estudio resalta el incremento existente en los tratamientos por adicciones; en el año 2022 y 2023, más de 1.500 personas fueron admitidas para recibir ayuda, con una mayor participación de mujeres a diferencia de años anteriores. El alcohol continúa siendo la sustancia con mayor prevalencia de consumo y la que más admisiones a tratamiento ha generado, con una media anual del 40% de asistencia. A continuación se encuentra el cannabis, la cocaína y la heroína, no obstante, las adicciones comportamentales aumentan con rapidez, siendo el juego patológico el más predominante, seguido del uso compulsivo de internet, las redes sociales y los videojuegos.
El hecho de que una sustancia sea legal, no quiere decir que sea inofensiva. Tanto el vapeo, como el alcohol y el tabaco, siguen siendo sustancias tóxicas que pueden atentar contra la salud.
Noticia aparecida en: www.elespanol.com.
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