La mitad de los adolescentes ya toma bebidas energéticas y un 20% las mezcla con alcohol

La mitad de los adolescentes ya toma bebidas energéticas y un 20% las mezcla con alcohol

A raíz del fallecimiento de un joven de 14 años debido a la ingesta de una bebida energética mezclada con “tusi” o “cocaína rosa”, se abre el debate en torno al elevado consumo por parte de la población adolescente de las bebidas energéticas y la moda de mezclarlas con otras sustancias.

Sanidad y Consumo ya trabajan en una futura ley «que genere un marco común que proteja a la infancia y la adolescencia» respecto a estas nuevas tendencias.

Este artículo muestra los estudios respecto a ese aumento en el consumo de las bebidas energéticas. Se realiza un retrato según el rango de edad, el sexo, o por comunidades autónomas… En este estudio se ve el incremento del consumo en jóvenes de entre 14 y 18 años, que a pesar de conocerse lo perjudiciales que son los componentes que llevan estas bebidas para el organismo, parecen dejarse llevar por esta tendencia.

Ansiedad, irritabilidad, alteración del sueño, cambios en el comportamiento, dependencia, taquicardia… son algunos de los efectos que afectan a la salud y que dejan huella en el organismo.

Según señalan los expertos, la cantidad de cafeína recomendada al día estaría situada en 3 miligramos por cada kilogramo de peso. En el caso de los adolescentes, se aconseja que no sean más de 200 miligramos en total. Pero hay que tener en cuenta, que a lo largo del día ya se consumen otros alimentos y bebidas que contiene cafeína, azucares, teínas, taurina, la L-carnitina, por lo que el consumo de esas bebidas dispara los niveles óptimos de todas estas sustancias exponencialmente en detrimento de la salud.

Otro de los fenómenos sobre el que los expertos y el Gobierno están preocupados es por el incremento del consumo de bebidas energéticas mezcladas con alcohol. Casi el 20% de los jóvenes suele ingerir este mix cuando sale de fiesta, a pesar de los peligros que conlleva. En el caso de los hombres el mayor porcentaje, un 27%, se sitúa en los de 17 años y en el de las mujeres, un 23,4%, en los 18 años.

Esto en definitiva no deja de evidenciar que ahora mismo tenemos bombas de relojería en manos de nuestros jóvenes y adolescentes que pueden minar su salud física y psíquica a corto medio plazo.

Noticia publicada en: www.elcorreo.com

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