El último congreso de la Asociación Española del Estudio del Hígado (AEEH) nos deja claras advertencias de la amenaza que constituye el consumo de alcohol entre la población más joven. Cánceres hepáticos y cirroris son mayoritariamente relacionados con la edad adulta, pero cada vez con más frecuencia, los jóvenes son atendidos por los hepatólogos con estas y otras dolencias, a consecuencia de un consumo cada vez más temprano de bebidas alcohólicas.
La sociedad que blanquea por sistema la ingesta de alcohol, mientras el perfil del enfermo hepático, aseguran los expertos, está cambiando, son cada vez más jóvenes y aumenta entre las mujeres.
Manuel Romero, presidente de la AEEH explica: “La sociedad es, en general, poco consciente de la epidemia silenciosa que representan las enfermedades de hígado, las cuales se relacionan con estilos de vida y alimentación escasamente saludables y que sin embargo están cada vez más normalizados. Es necesario abordar de forma muy seria el consumo de alcohol a edades cada vez más tempranas, pues es ya la primera causa de desarrollo de cirrosis y de necesidad de trasplante hepático. Pero igualmente es necesario abordar y corregir la progresión (general en la población y particularmente entre los jóvenes) del hígado graso, que afecta ya a más de 10 millones de españoles, de los que cerca de dos millones presentarían inflamación del hígado (esteatohepatitis) y, de ellos, 400.0000 presentarían ya una cirrosis hepática.”
El hígado de los menores no puede metabolizar el alcohol y, sin embargo, beben con total impunidad porque les venden sin control”, clama Ramón Bataller, hepatólogo del hospital Clinic y experto en alcohol y enfermedad hepática. “Sin embargo, paralelamente, cada vez está más extendida la falsa convicción de que un consumo puntual, aunque desmesurado, tiene menos riesgos. “Nada de esto es cierto”, señala Bataller.
Los expertos de la AEEH consideran “una muy buena noticia” el anuncio por parte del Ministerio de Sanidad de la elaboración de un anteproyecto de ley para prevenir el consumo de alcohol en menores de edad, pero creen que esta iniciativa por sí sola quedará “coja” si no va acompañada de un plan nacional de salud hepática.
Otra aclaración que ponen sobre la mesa son los efectos de la práctica del atracón (binge drinking , ingesta de grandes cantidades de alcohol en pocas horas), tan común en los fines de semana y que pueden ser más perjudicial para la salud hepática que un consumo moderado.
Noticia publicada en: www.lavanguardia.com
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